© TODAS LAS FOTOS SON DE STEPHANE LESAGE Y DLG




Y ese hombre viejo, de
pensamiento
impenetrable, levantó la mirada y clavó sus ojos en los míos. Dibujando una mueca en su rostro que casi interpreté como una sonrisa, con un gesto seco de la cabeza me dijo " sígueme"...

Anduvimos un largo rato antes de sentirme realmente perdido entre tanto bosque y malezas. Las palabras que cruzamos, como siempre, muy escasas.

Más vegetación y el terreno cada vez más abrupto.

De repente, como engullidos por la montaña, nos encontramos en una cueva de entrada escondida y los ojos tuvieron que ajustarse a la luz de su linterna como los pies a las escorias quebradizas.

Zigzagueando, con la impresión de volver a pasar por el mismo sitio dos veces, tres veces...en una especie de "Laberintos".

Sin darme cuenta nos encontramos en una gran nave, como en una catedral sin luz.

El foco de su linterna se detenía apenas un instante, siempre en silencio, para mostrarme esos objetos discretos y colgados, iguales y distintos unos a otros: "Los Contrapesos"


Fascinado y bloqueado por el regalo del que me sabía objeto, no tuve tiempo de reaccionar cuando estábamos ya desandando los pasos hacia la salida. Esta vez el camino lo encontré más fácil y llevadero, sin duda a causa de la tormenta de cuestiones que se paseaban por mi cabeza y que mi boca no se atrevía a pronunciar.

Le dije adiós, gracias y hasta pronto con la misma sobriedad con la que él asintió.

Yo no sabía que esa era la última vez que le vería.

En el periódico leí unos días después (*) que la montaña se había movido, que el cráter del volcán se había hundido. Pensé en los "Laberintos" y en los "Contrapesos". También pensé en el viejo.

Nunca más volvi, a pesar de mi empeño, a encontrar ni al viejo silencioso y triste ni el camino a ese lugar misterioso.



Lo que creo haber entendido de lo que el viejo me mostró es que TODO lo que sucede obedece a reglas y a fuerzas que dictan de qué manera las cosas acontecen: El equilibrio o el movimiento son el resultado de muchas fuerzas que actúan a la vez, por lo tanto también existen Contrapesos que accionan/reaccionan, que entran en el juego...


Nunca nadie ha dudado de la existencia de los "Contrapesos del Mundo"...pero yo los he visto.


Así es como yo los recuerdo. 
Así es como un día yo los soñé.


                                         DLG

(*)07-04-2007 fecha del hundimiento del cráter Dolomieu, Pitón de La Fournaise, Isla de La Réunion